"Hay que mirar atentamente lo que hacen otros diseñadores, no para replicarlo, pero sí para admirarlo y no hacerlo de nuevo".
Hoy más que nunca coincidimos con esta afirmación, luego de experimentar la situación que nos llevó a escribir este artículo, pues ser un creativo en el mundo de la moda, más allá de ser la mente detrás de la creación de las prendas que componen una marca, implica, además, ser el alma que construye la esencia, la filosofía y la integridad de esta, que, en un oficio hecho por y para humanos en pleno 2020, lo es todo.
Hace algunas semanas recibimos múltiples mensajes respaldados con fotografías de periodistas, clientes y amigos, quienes sorprendidos nos mostraban el gran parecido de dos piezas de La Petite Mort con dos prendas que otra marca colombiana presentó en el marco del Bogotá Fashion Week 2020 y nos reservamos mencionar. Quienes se percataron de este hecho, identificaron inmediatamente la similitud que dichos diseños tenían con dos de nuestras piezas insignia, lanzadas en 2017 y 2019, concretamente, dos sweaters tejidos a mano en una técnica alrededor de la cual, hemos realizado diversas exploraciones y hemos construido un lenguaje como marca. Consideramos que como creativos tenemos todos la libertad de explorar las múltiples líneas que nuestra profesión nos ofrece, pero esto arraigado a la responsabilidad de impregnar en dichas exploraciones nuestro ADN de marca, que es lo que nos hace realmente únicos e innovadores.
Desde La Petite Mort, creemos fielmente que los actores de la industria de la moda colombiana compartimos un ecosistema en el que el trabajo propio está ligado, de una u otra forma, a objetivos comunes y que somos una Industria hermana que se conoce y se permite hablar, teniendo en cuenta esto optamos entonces por contactar directamente a la marca implicada, con el fin de evitar malentendidos e informarles lo que estaba sucediendo y, por supuesto, pedirles comedidamente que retiraran de su colección actual las piezas en cuestión, pues no sería bien visto, ni ético, ni profesional, desde ningún punto de vista esta coincidencia. Sin embargo, a pesar de que nuestra intención fue procurar una comunicación directa y amigable que le proponía a la marca solucionar el tema entre las dos partes de forma reservada; la respuesta que recibimos nos dejó bastante cuestionados:
El diseñador argumentó que dicho parecido se debía a una coincidencia desafortunada, pues sus referentes de creación están basados sólo en el contexto internacional, y en términos generales dijo no conocer nuestro trabajo y saber poco del trabajo de los creativos de moda colombianos, y a pesar de estar totalmente de acuerdo sobre la enorme similitud entre las prendas, afirmó que su colección se mantendría tal cual había sido presentada pues esta tenía procesos creativos que respaldaban su resultado y retirarlas tendría implicaciones dentro de su empresa.
Sea plagio, una referencia o una muy cercana e infortunada coincidencia, no escribimos este artículo para esclarecer lo que realmente pasó, pero sí para plantear una reflexión que fue imposible dejar pasar:
Entendemos que cada marca y persona elige actuar ética y profesionalmente como mejor considere. Sin embargo, decidimos contar nuestra experiencia entorno a este hecho, pues es triste que cosas como estas sucedan en una industria que procura establecerse, ser fuerte y seguir adelante en un país al que le toca batallar día a día con la llegada de monstruos prontamoda. Ya es suficientemente complejo competir con estas firmas que no tienen ninguna consideración con las marcas locales, para que, al interior de nuestro ecosistema de marcas de autor, los colegas le den la espalda a la industria nacional.
Crecer y fortalecer nuestra industria, nuestro país y nuestro proyecto individual, no depende sólo de la pasión con la cual hacemos nuestro trabajo, definitivamente también está determinado por la responsabilidad con la cual manejamos hasta el más mínimo de los actos en nuestras empresas; con nuestros empleados, con nuestros proveedores o con las entidades que interactuamos.
En pocas palabras, ¿Qué tan conscientes somos del otro? Si como marcas decimos ser sostenibles y vender consciencia a través de una prenda de vestir, es correcto y responsable por parte nuestra que esto se evidencie en los actos que como marca realizamos.
Admiramos el camino que muchos creativos están realizando y creemos que más que una competencia podemos ser un apoyo honesto entre todos con posturas alineadas a la importancia que tienen la ética y la moral en cada una de las decisiones que se toman al interior de cada marca.
De paso, queremos agradecer el apoyo de quienes, a propósito de los hechos que aquí hemos compartido, nos han brindado su voz de aliento y enriquecedoras conversaciones, pues lo cierto es que el tema de las coincidencias o las similitudes en términos de diseño, se ha vuelto recurrente en nuestro medio y, sin duda, pone a la industria frente a un asunto complejo que se define no bajo la lógica de ganar o perder una discusión, o de retirar o dejar una prenda en exhibición o en venta, sino en un proceder coherente y profesional.
Por último, queremos invitarlos a seguir tejiendo juntos nuestra industria, una construcción basada en discursos que nos recuerdan la elegancia del profesionalismo, la grandeza de la generosidad y la fortaleza de la honestidad.